Consensuando normas

Se va a presentar en este post un ejercicio para un problema concreto en un aula de un centro de Educación Secundaria Obligatoria.

Se ha podido observar que en los diferentes grupos de la ESO que existen dentro del aula hay alumnos más populares y otros que son rechazados y no se integran en el grupo. La experiencia de ser rechazado supone una situación estresante para el adolescente con consecuencias negativas en su ajuste psicosocial. (García Bacete, 2010)

Contexto:

El contexto en el que se plantea este plan de investigación acción es un instituto situado en un barrio obrero de una ciudad de Castilla y León.El aula está compuesta por 25 alumnos de 1º de la ESO. De ellos 5 alumnos son repetidores. Además, hay un importante porcentaje de alumnos que promueven comportamientos disruptivos. La clase es heterogénea y es evidente la falta de cohesión y el “bullying” hacia algunos alumnos. 

Se ha observado que estas situaciones han derivado en una bajada del rendimiento académico de estos alumnos, además de generar situaciones de conflicto durante la clase entre los alumnos y con algunos profesores.

De cara al tutor, la tensión generada ante ambas situaciones sólo origina problemas cada vez más graves. Las clases son interrumpidas, se pierde el hilo de las explicaciones y, evidentemente, en los afectados se produce un bloqueo que les impide continuar con la atención debida. Además esto impide el correcto desarrollo de la clase lo que se ha comprobado que afecta al rendimiento académico de la mayoría de alumnos de la clase. 

El objetivo de esta propuesta es por tanto tratar de mejorar la cohesión de grupo y por ende mejorar la relación entre los alumnos, que ninguno se sienta rechazado y evitar posibles casos de “bullying” con el fin último de mejorar el clima del aula permitiendo el correcto desarrollo de la clase. Para esto se pondrán en marcha ciertas acciones que se describirán más adelante y que se evaluarán para conocer su alcance y repercusión.

 

Plan de acción

El plan de acción se va a vertebrar en la ejecución del “juego de portarse bien”, aplicado por primera vez por Barrish et al. (1969), por el cual los alumnos reciben recompensas cuando respetan normas básicas de comportamiento. El objetivo de este juego radica en trabajar normas básicas de convivencia en sociedad, en lugar de tratar individual y directamente los problemas de bullying.

Con la intención de reforzar la cohesión y sentimiento de grupo, se pretende crear un ambiente de convivencia sano, en el que no haya cabida para el bullying. Es un juego puesto a prueba en multitud de estudios con resultados positivos (Fishbein & Wasik, 1981; Medland & Stachnik, 1972; Wright & McCurdy, 2012).

Para adaptarlo más a nuestra clase, se ha renombrado como “Juego de los colegas: Todos para uno y uno para todos”.


La puesta en marcha de la actividad del juego será pilotada por el tutor de los alumnos. Se encargará de sentar las bases de la actividad y de explicarlas tanto a los profesores de otras asignaturas como a los alumnos.

En un principio se plantea que el juego se ponga en marcha en la asignatura del tutor con una duración de 20 minutos al final de cada clase. Aunque las normas son de aplicación a lo largo de toda la sesión lectiva, el seguimiento de premios es sólo durante estos últimos 20 minutos. La idea es comenzar con un periodo breve en el que los alumnos sean capaces de mantener su atención en el juego y así comenzar a acostumbrarse a la dinámica del mismo, a título de periodo de adaptación. Para ello el tutor debe temporalizar adecuadamente para avisar a los alumnos de que a partir de ese momento se empieza con el juego. A medida que vaya progresando el plan de acción, este tiempo de 20 minutos podrá ir incrementándose según el criterio de los profesores.

El tipo de premios tiene por finalidad reforzar la implicación de los alumnos en el plan de acción. Aunque, inicialmente, se va a otorgar una cantidad de minutos en concepto de “tiempo libre”, quedará abierto al debate la posibilidad de ofrecer otro tipo de recompensas más deseadas por los alumnos.

Para poner en marcha el juego se van a hacer 5 grupos de 5 alumnos que han de representar la máxima diversidad posible. Cada 10 minutos se da un punto a los grupos que cumplan las normas. Si varios grupos empatasen ambos ganarían.

 

Normas del juego:

  • Para intervenir en clase primero se ha de levantar la mano para pedir permiso al profesor y esperar a tenerlo.
  • Para levantarse de la silla también se ha de levantar la mano para solicitar permiso al profesor y esperar a que lo conceda.
  • Si se habla, se ha de hacer al menor volumen posible y se han de evitar los ruidos innecesarios.
  • Si un compañero está hablando, hay que esperar a que termine para no interrumpirle.
  • Se le debe pedir la palabra al profesor para participar.
  • El tono de voz cuando se interviene debe ser moderado.
  • Se ha de respetar a todos los compañeros.
  • El alumno tiene que llevar al centro todo el material escolar que necesite como bolígrafos, libros, cuadernos…
Premios iniciales para el ganador de la semana, a título de ejemplo, susceptibles de ser modificados y consensuados con los alumnos:

  • Diez minutos de tiempo libre en el patio de recreo ese mismo día (si la asignatura es justamente la anterior al recreo) 
  • Diez minutos de tiempo libre en la clase en los que pueden realizar la actividad que ellos elijan. 

Es necesario un plan de observación con el que poder respondernos a la pregunta de en qué grado se ha conseguido mejorar el ambiente en el aula, y con ello el rendimiento académico de los alumnos y el bienestar de los alumnos acosados. 

 

Planteamos seguir varios indicadores que muestren de manera objetiva la efectividad del plan de acción:

 

  • Rendimiento académico  a través de las distintas actividades realizadas en todas las asignaturas. 
  • Valoraciones del departamento de orientación sobre estos alumnos antes, después y durante el proceso de acción.
  • Rendimiento académico del grupo, ver cómo afecta al conjunto de alumnos las distintas actividades realizadas en todas las asignaturas.
  • Evolución de la puntuación de cada grupo dentro del juego en función del tiempo de aplicación del mismo. Siendo el resultado de en qué medida se han cumplido las normas, la puntuación del juego se convierte en un indicador del comportamiento dentro del aula.

Con el objetivo de realizar el seguimiento de estos indicadores y consensuar las tomas de decisión correspondientes a la evolución del juego, se harán reuniones cada dos semanas con todos los profesores involucrados en el plan de investigación-acción.

Referencias 

García Bacete, F.-J. . G. I. S. . & C. I. M. (2010). El rechazo entre iguales en la educación  primaria: Una panorámica general. Anales de Psicología, 26(1), 123-136.

Barrish, H. H., Saunders, M., & Wolf, M. M. (1969). Good behavior game: Effects of individual contingencies for group consequences on disruptive behavior in a classroom 1. Journal of Applied Behavior Analysis, 2(2), 119–124.

Fishbein, J. E., & Wasik, B. H. (1981). Effect of the good behavior game on disruptive library behavior. Journal of Applied Behavior Analysis, 14(1), 89–93.

Medland, M. B., & Stachnik, T. J. (1972). GOOD-BEHAVIOR GAME: A REPLICATION AND SYSTEMATIC ANALYSIS 1. Journal of Applied Behavior Analysis, 5(1), 45–51.

Wright, R. A., & McCurdy, B. L. (2012). Class-wide positive behavior support and group contingencies: Examining a positive variation of the good behavior game. Journal of Positive Behavior Interventions, 14(3), 173–180.

 

 

 

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